martes, 31 de diciembre de 2013

Parafilia Frustrada



Era como lenta, como que se quedaba pegá. Igual la loca como que me miraba. Le cargaban los comerciales de youtube dentro de los videos de música, igual que a mí.

Juraba que yo estaba pegao en la paráh de revolucionario picao a artista que usa chaleco calentito y toma mate cuando hace frío (y hay minas po. Obvio). Algo de razón tenía pero no sé si tanta.

-Puta mira la hora que es. Sírvete un copete será mejor.
-Ya pero no tanto, le dejaste todo vomitado el baño al Darío la otra vez po.
-Ya te dije que no fui yo. Sirve no más.

El Darío era re piola hasta que le presenté a mis amigos rayados. En verdad quedó loco con las minas de las juntas y ahí como que desentonó su pulcritud en lo moral. Si hasta lo echaron de la pensión anterior por ruidoso.

-Puta igual como que me cargan las minas putas ¿Te cachai la variedad y cantidad de semen que se han tragado?
-Hay weón que le poní. Córtala si una hace lo que quiere al final ¿o no? –Dijo la Lore súper seria
-Puta si igual tení razón, pero como que no me dan ganas con ellas no más po.
-Que le poní loco ¿Con cuántos pelos te has atragantado por andar chupando vaginas weón?, varios yo cacho po ¿o no? .-

El Darío se cagó de la risa y yo igual. Hasta la Lore, que la suponía seria hasta el minuto de poco conocerla.

-Si es verdad – Dijo entre seria y con risa
-Puta igual... hablando de parafilias y weas ¿han visto en xvideos el loco que le mete la cabeza en la vagina a una transgénero? Jajaja- me cagué de la risa
-Jajaja, sí weón. La weá enferma – habló con voz de razón el Darío.
-No sé si tan enfermo. Puta, cuando una tiene hijos, como que la vagina se dilata así po. Oye Darío weón, fuma afuera que ya van a empezar los atados con el viejo po.
-Ya. Sí. Tenís razón. Pero no sé, no me imagino una vagina dilatándose así.
-Ve el video po weón... ¿hay wi fi?

Partimos al Averno a ver a un loco “conocido” en Concepción. Puta que era malo, pero la Loreto no paraba de tomar y me la quería puro culiar. Quizás ni alcanzaba con el ritmo que ella tomaba. Se podía poner etílica. Caché que me hacía caleta de ojitos, así que me entusiasmé y métale copete al ritmo de ella.

-Puta la wea, dónde chucha estoy. Ahhh, cómo tan weón. La Perú po. – Tan borracho estaba que no sabía donde habían quedado estos dos.

Cuando llegué a la casa del Darío no entendía mucho. Como que el loco estaba tenso y medio nervioso.

-¿Darío qué wea? – lo echaron del depto, lo más probable.
-No, Nada. Déjame solo mejor weón.
Fui a la pieza y estaba la Lore seudo-desnuda durmiendo.
-Lore, ¿Qué wea el Darío?
-¿Ah?
-El Darío po. Qué wea el Darío. Qué le pasa.
-No sé. Qué se yo. Ven a acostarte otro rato mejor.
Algo no calzaba. ¿Otro rato?

Ahí fue cuando saqué todo el rollo. La Lore parece que quería tirar conmigo y se confundió con el Darío. Pero eso no explica el por qué del llanto del Darío.

Al tiempo supe por ahí que una mina le había dicho a un tal Darío que le metiera la cabeza por la vagina, este se negó y la mina lo amenazó con cortarle las bolas si no lo hacía. Mórbida cagá.

Puta, si todo eso es cierto, la cagué. No debí haber chupado tanto aquella noche de parafilia frustrada. Casi.

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