lunes, 23 de diciembre de 2013

Apagate la tele

 

Me pongo a ver tele, y como siempre no pillo nada bueno, pasando por todos los canales, entre realitys basura, partidos repetidos de futbol, películas malas y programas pseudo –culturales, toda la programación era mala ese día, así que ¿Qué se podía hacer? La respuesta era simple, y quizás ya se les vino a la mente: Tomar unas Pilsen. Como la mayoría de los weones que conozco, también son unos borrachos de mierda, no fue difícil convencer a unos cuantos amigos a que fuéramos a tomar unas chelas. Fuimos al centro, a un antro de los más rancios que pudimos pillar ¿Por qué ir allí? Simple, es más barato. Entre viejos que se fueron a tomar su dosis diaria de copete, oficinistas saliendo de la pega y gente que quiere simplemente tomarse una cerveza tranquilo.
 
Pasando el rato, ya con varias Pilsen en el cuerpo, me dispuse a ir al baño, obviamente no era muy bonito ni limpio, pero a la mierda. Volviendo del baño, veo que van entrando 3 minas al bar, me fije al tiro en una, morena, flaca, pelo castaño, y con el manso cuerpo, estaba muy rica (así la recuerdo yo, mis amigos difieren un poco en la descripción) los cabros, por supuesto, también cacharon que habían entrado las minas. ¿Qué hacer? Bueno, generalmente en estos casos nada, pero como ya estábamos medios borrachos, se nos agrando el corazón y les fuimos a meter conversa. Como hay que ser caballero en estos casos, tuvimos que rajarnos con unas chelas, resulta que las minas, estaban de paso por la ciudad, eran del sur (o por lo menos eso nos dijeron). Y andaban mochileando, o alguna mierda así, dijeron que andaban medias cansadas. Yo hice lo mío con la que me gusto, pero a mis amigos no les fue muy bien con las otras minas, porque estaban chatas, se querían ir y toda esa mierda, así que como buenos machos con el orgullo herido, querían irse. El punto es que sus amigas se fueron y yo les dije a los míos que si querían se fueran nomás, la verdad no costo mucho convencerlos.
 
Quede solo con la mina, cuento corto, ya estábamos bastante borrachos después de varias cervezas, y la queríamos hacer luego. Nos habíamos gastado todo en cerveza , así que no teníamos ni plata para ir a hacer lo que claramente los dos teníamos en mente a algún lugar decente, la verdad a esas alturas ya no importaba, nos ganó la calentura y nos fuimos a una plaza cercana y nos tiramos en un pasto, la verdad es lo último que recuerdo.
 
Al otro día me despertó el caballero  que limpiaba la plaza, porque habían unos pendejos jugando y yo seguía con los pantalones abajo, empezó con su discursito del pudor y toda esa mierda, le escuche con suerte las primeras frases que dijo. Espere que se callara y empecé a caminar, ni lo miré, me revisé los bolsillos, no tenía ni un peso, no estaba ni mi celular ni mi billetera, pero la verdad, me importó bastante poco en ese momento, ni siquiera me pregunte que habrá pasado con la mina, solo pensaba de donde mierda iba a conseguir agua para pasar la caña infernal que tenía en esos momentos. Vi a una señora que estaba regando, le pregunte si me podía dar agua, y después de saciar mi sed pensé; porque mierda no me quede viendo tele en mi casa mejor.

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